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Tomando en cuenta todo lo anterior se pensó en un jardÃn que proporcionará formas, colores, texturas y sonidos que contribuyeran a la observación visual y auditiva de los pequeños. Asimismo, se le imprimió un carácter lúdico, que invitara al juego del aprendizaje, al crearles microambientes propicios. También se eligieron ejemplares de árboles ramificados a baja altura que con la creatividad del pensamiento infantil se transformaran en un barco, una nave espacial o un bosque mágico. Las áreas verdes de este proyecto se convirtieron en un puente entre la curiosidad y el deseo por aprender de los niños sobre la naturaleza en sus variadas interacciones, para lo que se eligieron especies atractivas a mariposas y a ciertos pájaros.